La fuerza de voluntad (‘Willpower’)

Willpower es uno de los libros más importantes de desarrollo personal en inglés. Lastimosamente, al parecer no hay una traducción en español aún. Pero aquí van las lecciones principales del libro.

La fuerza de voluntad es como un músculo, se agota

En un estudio, dos grupos de personas fueron expuestas al olor de galletitas recién cocinadas. Los individuos del primer grupo tuvieron el permiso de comer las galletitas mientras que los participantes del segundo grupo fueron obligadas a comer rabanillos. Después los dos grupos tuvieron que resolver rompecabezas geométricos.

Los participantes del grupo que comieron rabanillos se rindieron en un promedio de 8 minutos, mientras que los participantes del grupo que comieron galletitas aguantaron 19 minutos en promedio. Sugiriendo que los individuos que tuvieron que resistir el olor de las galletitas agotaron más fuerza de voluntad y por lo tanto aguantaron menos tiempo en el rompecabezas.

Entrena a la fuerza de voluntad, usándola.

En otro estudio de la universidad de la Macquarie University de Australia le dieron la tarea de realizar ejercicios físicos por dos meses a un grupo de voluntarios. Una tarea que requiere de fuerza de voluntad. Después de los dos meses los voluntarios que hicieron los ejercicios tuvieron mejores resultados en unas pruebas de autocontrol que individuos que no participaron del régimen de ejercicios. Los sujetos también reportaron una reducción de hábitos de fumar y tomar alcohol, la implementación de una dieta más sana, reducción de gastos innecesarios y mejores hábitos de estudio.

Los resultados sugieren que el entrenamiento de la fuerza de voluntad a través de actividades como ejercicios físicos, causa una mayor fuerza de voluntad en casi todas las áreas de la vida.

Definir metas claras, dejando cierta flexibilidad para prevenir fatiga de la fuerza de voluntad

Para implementar los aprendido aquí en la rutina diaria de nuestras vidas es importante tener en cuenta que necesitamos metas bien definidas, pero que no exageremos con la rigidez de las mismas.

Un ejemplo: Lo ideal es hacer una lista de las cosas importantes a realizar sin incluir cosas triviales. Podría hacer una lista que detalla lo que tengo que hacer a cada 15 minutos del día. Incluyendo cosas triviales como cuando tengo que tomar café, comer, hacer una siesta, cepillarme, etc. Esto representaría una lista que claramente agotaría mi fuerza de voluntad con cosas innecesarias que desde luego después tendría un impacto negativo a la hora de realizar decisiones realmente importantes.

Es mucho mejor hacer una lista de las cosas más importantes, dejando una flexibilidad para tomar las decisiones pequeñas de acuerdo a la conveniencia del momento.

Ejemplo:

  1. Escribir 2 blogposts a la mañana
  2. Ir de compras a la tarde (no olvidar la leche)
  3. Hacer un video para YouTube
  4. Visitar a X a las 8 de la noche.

La lista de arriba deja suficiente flexibilidad para organizar las cosas triviales a gusto, pero asegura que al final del día realicé todo lo importante que me propuse en el día.

Planes de largo plazo en vez de planes de corto plazo

Otra estrategia es poner objetivos mensuales en vez de diarios. Planes de largo plazo dan aún más flexibilidad que planes de corto plazo (horas, días). En un estudio, estudiantes que hicieron planes a largo plazo (mensualmente), obtuvieron mejores notas que estudiantes que se basaron en objetivos de plazo corto (diarios) y estudiantes que no utilizaron ningún plan.

Esto se debe a que planes de muy corto plazo utilizan más recursos en relación a los beneficios que producen. Son más difíciles de mantener y muchas veces distraen de los objetivos más grandes. Lo cual explica por qué los alumnos que utilizaron planes diarios dejaron de utilizarlos después de poco tiempo mientras que el grupo que usaba objetivos mensuales lo seguía haciendo un año mas tarde, y seguía teniendo las mejores notas.

Si quieres aprender más, puedes obtener al libro aquí.

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