La revolución del sueño (Resumen del libro)

Dormir menos tiempo se considera una insignia de honor en muchas industrias. Pero resulta que comprometer nuestro sueño es un precio caro.

La enfermedad del “workalism”

Una encuesta de 2014 reveló que el 40% de la mano de obra estadounidense no había tomado un solo día de vacaciones en ese año.

Un informe del gobierno de 2010 mostró que el 30% de todos los empleados reciben menos de 6 horas de sueño por noche, mientras que casi el 70% dicen que no tienen sueño insuficiente.

¿Quién sufre más? Los pobres. Los trabajadores de clase baja a menudo tienen que tomar varios puestos de trabajo para sobrevivir. Una encuesta del 2013 de la Universidad de Chicago encontró una relación entre una disminución en la calidad del sueño y menor riqueza.

Estudiantes tienen un mejor desempeño cuando siguen sus ritmos naturales circadianos.

Un estudio de 1998 de la Universidad Brown demostró que los niños lo hicieron bien cuando la escuela comenzó a las 8:25, pero sufrieron cuando tenían que estar en clase a las 7:20.

Al levantarse antes se interrumpe el ritmo natural de sueño de los estudiantes. Lo que los hace patológicamente cansados.
Un estudio de 2011 en Israel encontró que los niveles de atención de los estudiantes mejoraron considerablemente cuando empezaron las clases a las 8:30 en vez de las 7:30 de la mañana, y rindieron mucho mejor en los exámenes.

Salones de naipes, luz del día y trabajo remoto = más productividad

Dormir en el trabajo no es un signo de pereza, al contrario, los espacios de trabajo se benefician cuando dejan que sus empleados se pongan al día con el sueño.

La luz del día es importante también, un estudio de 2014 en la Universidad de Illinois encontró que los empleados que trabajan en oficinas sin ventanas pierden un promedio de 46 minutos de sueño por noche, porque nuestro organismo necesita la luz de día para mantener los ritmos circadianos.

Las oficinas con horarios flexibles son más productivas porque los empleados mejoran su sueño y ahorran tiempo de viaje. Un estudio de Stanford sobre trabajadores en China encontró que los empleados que trabajaban desde su casa eran hasta un 13% más productivos que los que sólo trabajaban en la oficina.

Los dispositivos electrónicos nos mantienen despiertos en la noche.

Según una encuesta de 2015 sobre la movilidad del consumidor, el 71% de las personas mantienen sus teléfonos inteligentes con ellos mientras duerme.
Estar emocionalmente sumergido en las redes sociales causa mayores tasas de ansiedad según Heath Cleland Woods, una investigadora de sueño de la Universidad de Glasgow.
Luego está la luz azul emitida por dispositivos que también nos mantiene despiertos porque suprime su producción natural de melatonina. Así que trata de no usar tus dispositivos electrónicos algunas horas antes de dormir y lee un libro. Otra opción es utilizar la aplicación flux que reduce la cantidad de luz azul emitida de los dispositivos, emulando así la luz solar.